La escalada del conflicto entre Donald Trump y Univisión nos brinda un valioso vistazo respecto a como la cadena elabora narrativas convenientes a través de sus diferentes divisiones. En este caso particular, es una versión de alto perfil de algo que ya hemos visto antes.
El anuncio presidencial del Donald, como ya sabemos, mezcló verdades crudas con el estilo fanfarrón de Trump. Las problemáticas declaraciones sobre inmigración en general (y los inmigrantes de Mexico en particular) desataron la maquinaria del agravio en Univisión como no se había visto desde que el representante Steve King diera su infame disertación sobre los inmigrantes indocumentados con “piernas del tamaño de melones” debido supuestamente a toda la marihuana que cargaban a través del desierto.
Acto seguido, King compareció en el programa dominical Al Punto de la cadena, con el fin de participar en un segmento de “teatro del agravio” con el conductor Jorge Ramos, que interpretó el papel del “vengador de los inmigrantes” con King, mientras que el representante tuvo la oportunidad de hacer su papelón ante una audiencia aun mayor, así que ambos ganaron. Nada de esto, por supuesto, ayudó a entablar un debate serio sobre la inmigración, pero nadie debe esperar tales cosas de Univisión. La comparecencia de Ann Coulter en América con Jorge Ramos, en Fusión tuvo un efecto similar (de beneficio mutuo).
Sin embargo, el tono y estilo de las declaraciones de Trump parece que hicieron que la gente de Univisión perdiera la cabeza. Dichas declaraciones tuvieron ese efecto porque fueron pronunciadas en un inglés claro y simple, a diferencia del extraño dialecto que parece ser el lenguaje de la clase política. Independientemente de la opinión sobre Trump, las personas razonables pueden estar de acuerdo (o en desacuerdo) en que no todos los inmigrantes indocumentados son estudiantes ejemplares o la encarnación de trabajo duro del sueño americano con un historial inmaculado de antecedentes penales, o que nuestro seriamente deficiente modelo de inmigración necesita ser reformado.
La reacción de Univisión, sin embargo, ha sido cualquier cosa menos razonable. Jorge Ramos publicó inmediatamente una columna de condena, que sirvió para subir el tono de agravio a uno peor que el de King y Coulter, y para convertir el ataque de Trump en un ataque contra todos los hispanos, independientemente de su estatus migratorio u origen nacional. Esto no es sino un intento de elevar a Trump para convertirlo en el próximo Romney…es decir, un villano caricaturesco alrededor del cual agitar a los hispanos a votar por los demócratas (específicamente, por supuesto, por La Patrona, Hillary Clinton).
Además el Presidente de Univision para programación y contenido (literalmente el tipo encargado de las telenovelas) publicó una fotografía en Instagram comparando a Trump con el asesino racista de Charleston. Parece una excelente combinación sinergística en la compañía, ya que el presidente de noticias, Isaac Lee, compara a conservadores y a opositores de su agenda con los nazis. Ahora, claro, tenemos todo el revuelo de Miss Universo y del campo de golf.
Ahora falta que comiencen a instar a los republicanos a correr a repudiar las declaraciones de Trump. Está por verse si caerán en la trampa como ganado, o simplemente dejarán que Trump responda por sí mismo.
Olviden el hecho que la elevación de Trump a candidato favorito requiere creerse que los republicanos nominarían a alguien que se ha lucrado de la jurisprudencia de Kelo (fallo controversial de la Corte Suprema que justifica la expropriación para fines privados), quien además es donante de tanto la Fundación Clinton como del principal demócrata responsable por la Corte de Roberts. La narrativa del agravio racial es el negocio de Univisión, y este conflicto con Trump es lo mejor para los negocios.