El presentador de Univisión Jorge Ramos se ha dignado en brindarnos su opinión más reciente. En el transcurso de hacerlo, busca la manera de entrelazarla con la política presidencial actual, y señala al responsable de siempre.
Ramos recientemente subió un video para difusión en la cadena Fusion (filial en inglés de Univision) -el cual podría describirse generosamente como militante- en el cual acusa al racismo antiinmigrante de estar al centro, respectivamente, tanto del fallo del Tribunal Supremo que bloqueó la implementación del DAPA como del triunfo electoral del Brexit al otro lado del Atlántico. En términos de mostrarnos que la raza es el lente a través del cual Ramos ve casi todos (si no todos) los temas, el vídeo a continuación podría ser la prueba más clara y extraordinaria:
JORGE RAMOS, PRESENTADOR DE UNIVISION/FUSION: Hay días en los que gana el temor. Así pasó el pasado jueves cuando los votantes en Gran Bretaña decidieron abandonar a la Unión Europea, y en el Tribunal Supremo, con un voto empatado en el caso de inmigración, se decidieron a no decidir. Millones de votantes británicos sintieron temor de la nueva ola de inmigrantes provenientes de Siria, Libia, y Africa, y decidieron cerrar la puerta. Eso es exactamente lo mismo que han dicho aquí los simpatizantes de Trump sobre los inmigrantes Mexicanos y los musulmanes. Pero el temor es mal asesor. No (sé) precisamente lo que vayan a hacer los británicos. Pero sí sé lo que van a hacer muchos latinos aquí. ¿Ir al Congreso? Por supuesto que no. Nada ocurre en el Congreso recientemente. Si la masacre de 49 personas en Orlando no movió al Congreso a aprobar nuevas leyes (contra el uso) de armas, entonces imaginen lo que ocurrirá con la reforma inmigratoria. Así que eso nos deja con la elección este 8 de noviembre. Por cada inmigrante indocumentado aquí, hay al menos un votante latino. Esperamos como 13 millones de votantes hispanos, más que suficientes como para decidir una elección cerradísima. Para que la derrota en el Tribunal Supremo se pueda transformar en millones de votantes que exigan un cambio verdadero. Realmente no hay nada que celebrar cuando la ley dice que se puede separar a miles de padres de sus hijos. En noviembre, sabremos quién es el verdadero perdedor.
Esta diatriba es una continuación de la línes de pensamiento tras la columna más reciente de Ramos, "El día más triste".
La decisión de la Corte Suprema ocurrió, por pura casualidad, el mismo día que Gran Bretaña votó por salirse de la Unión Europea. Hay días en que el miedo gana. La xenofobia puede voltear cualquier elección. Y a eso está apostando Donald Trump.
Espero que esta ventana de odio se cierre pronto y que Estados Unidos, que tan generosamente me ha tratado, haga lo mismo con los que llegaron después de mí. Pero si no es así, las votaciones del 8 de noviembre podrían corregirlo casi todo. Por cada indocumentado habrá, por lo menos, un votante hispano. Y los latinos suelen recordar a quien los acompaña en sus días más tristes.
Estas acusaciones temerarias de racismo no son nada nuevo para un mercader de agravios tan ilustre como Ramos, quien tildó a Ted Cruz y Marco rubio de traidores a la raza mientras celebraba sus derrotas en la primaria presidencial republicana. Pero sí revelan el grado de disposición de Ramos para inyectar sus narrativas precalentadas a las razones tras sucesos recientes en lugar de considerar perspectivas distintas o siquiera hechos básicos. Ya sea el Brexit, o DAPA (o quizás hasta ante la pregunta de porqué el cielo es azul) la respuesta de Ramos es -primero y siempre- racismo y xenofibia antiinmigrante.
Nunca se le ocurre a Ramos que los países soberanos tienen el derecho de ordenar su política inmigratoria según les parezca. De hecho la respuesta de Europa ante el voto Brexit parece ser, precisamente, ¡el intentar arrebatarles a los países miembros el poder para levantar ejércitos, cobrar impuestos, y proteger sus fronteras! La realidad es que las sociedades democráticas tienen el derecho (y el deber) a resistir abusos contra el Estado de Derecho, ya sea Texas ante un presidente empecinado en legislar por decreto y por encima del Congreso, o Gran Bretaña buscando retomar soberanía que se ha arrogado una tecnocracia (mayormente) inelecta en Bruselas. Nada de eso parece encajar dentro de la perspectiva cerrada de Ramos, pero no es menos cierto.
En cuanto al caso DAPA se refiere, Ramos es tan responsable como los demás por haberle creado expectativas a su teleaudiencia. Es una grotesca falsedad decir que el Supremo "se decidió a no decidir" cuando todos sabían que un empate (facilitado únicamente por la muerte catastrófica del Juez Scalia) afirmaría el fallo del Quinto Circuito Apelativo y bloquearía la implementación del DAPA. Gústele o no, el Supremo de hecho decidió. El tema regresa a su lugar debido, ante el Congreso, en donde será sujeto a votación ante miembros debidamente electos y responsables a sus distritos.
Ramos vuelve a ondear la camisa sangrienta del agravio racial. Una vez más, Ramos intenta pasar a todos los hispanos por el embudo electoral de la inmigración. Una vez más, Ramos enturbece las distinciones entre noticia, opinión, y diatriba emocional. Una vez más, Ramos muestra desprecio abierto tanto por el Estado de Derecho como por aquellos que pudiesen tener una opinión distinta.
Y una vez más, pese a ser coronado por la prensa Estáblishment estadounidense- de por sí corrupta y partidista, Jorge Ramos comprueba que de hecho no es la voz de todos los hispanos.