Volvió a pasar...esta vez, en una mañana cálida en un terreno de béisbol en Alexandria, Virginia. Un simpatizante desquiciado de bernie Sanders decidió abrir fuego contra un grupo de congresistas republicanos, dejando a varias personas gravemente heridas. Y el presentador Jorge Ramos no perdió tiempo en lanzar otra diatriba a favor del control de armas.
Supongo que debo agradecerle a Ramos el que al menos haya condensado esta última embestida contra los dueños legales de armas dentro de la columna de opinión de la semana pasada. En cuanto a la columna en sí, noto que no hay ningún llamado a la reflexión ante el endurecimiento del debate político en este país, ni examinación alguna de la retórica violenta que bien puede haber llevado al gatillero a cometer su vil acto. En su lugar, los lectores de Ramos reciben un recalentado de todos los puntos que Ramos ha repetido cual papagayo desde que Donald Trump tomó aquel fatídico viaje por la escalera hace dos años atrás.
La presentación de Ramos hoy día está limitada a los “cucos” y a los temas que están en su agenda, y esa columna es reflejo de ello...Trump y las armas.
Lo que vale notar de la columna es que Univision ha revertido a su consabida costumbre de eliminar las expresiones más incendiarias de Ramos a la hora de traducir sus columnas en ingles para Fusión. Recuerden, por ejemplo, aquella vez que Fusión elimino una frase completa sobre la supuesta ingenuidad de los católicos en España. Esta vez, fue una difamación de los dueños de armas de fuego la que fue desaparecida como por obra de magia.
Aquí hay una captura de pantalla de la columna original de Ramos, que como de costumbre siempre se publica primero en espanol.
Ahora aqui esta mi traducción de la columna original, lado a lado con la traducción que Univision público. ¿Que falta allí?
El supuesto entendimiento de Ramos de el raciocinio cultural e histórico tras la Segunda Enmienda es poco más que un fundamento falso sobre el cual construir su frase insultante respecto a las “armas de guerra” y la cacería de patos. Hablando claro (o al punto), Ramos no entiende nada en lo que respecta a la Segunda Enmienda más allá de su deseo límbico de verla derogada.
Un diálogo franco sobre la Segunda Enmienda en la cadena más grande de habla hispana en los Estados Unidos incluiría el hecho de que ya existen leyes que proscriben la tenencia de armas a personas con trastornos mentales y antecedentes delictivos, y que en ocasiones estos sistemas fallan- como vimos en el caso del gatillero racista de Charleston.
Más aún, la “necesidad” de “tener armas de guerra” (como caracteriza Ramos a los rifles defensivos) es clave a la función medular de la Segunda enmienda como garante del resto de la Carta de Derechos; la última línea de defensa contra la tiranía. Si Ramos tuviese el deseo sincero de entender la Segunda Enmienda, exploraria la situación en Venezuela y notaría que la primera iniciativa del tirano Nicolás Maduro tras tomar las riendas del poder posterior al fallecimiento de Hugo Chávez fue el desarme de la población para entonces armar a los colectivos chavistas. Si queda alguna duda adicional, entonces Ramos podría mirar hacia México, en donde un estado (Nuevo León) busca adoptar una versión limitada de la ley de defensa personal que existe en la Florida y en tantos otros estados.
A Jorge Ramos ni le interesa entender la Segunda Enmienda ni le importan las motivaciones de los dueños legales de armas de fuego. Tan solo le toma a Ramos una oración dentro de una columna llenaespacio para probar, una vez más, que tan solo le interesa provocar el temor de ambos, y que no le tiembla el pulso para utilizar la tragedia humana para hacerlo, sea en Arlington, Sandy Hook, o en Orlando.