Carmen Yulín Cruz, la radical y separatista alcaldesa de San Juan, Puerto Rico, aprovechó al máximo la invitación extendida por la senadora Kirsten Gillibrand (D-NY) para viajar a Washington y presenciar el discurso del Estado de la Unión del presidente Donald Trump. Al salir, deja atrás una madeja de hipocresías, y nos vuelve a recordar que la prensa falló en escudriñar a su nueva querendona anti-Trump.
Cruz, cual imán de pauta gratuita, tuvo esto que decir ante las cámaras de Telemundo tras dar un discurso ante la organización liberal Latino Victory (grupo que, de paso, acaba de contratar a la expresidenta del Concejo Municipal de Nueva York, Melissa Mark-Viverito como "asesora senior"):
CARMEN YULÍN CRUZ, ALCALDESA DE SAN JUAN, PUERTO RICO: Mañana termina FEMA de repartir agua y alimentos en Puerto Rico. Este pasado lunes, o sea, ayer, yo tuve que llevar a una escuela en Morovis, casi una hora fuera de San Juan, agua y leche en polvo porque esa escuela no tiene ni agua, ni luz, ni suficiente comida para sus niños. Asi es que la lucha por lo que esta sucediendo en Puerto Rico es una lucha en favor de los derechos humanos. Lo que esta pasando de parte de la administracion del presidente Trump es una violacion a los derechos humanos de los puertorriqueños.
Excepto...excepto, que Yulín hizo exactamente lo mismo ¡hace apenas unas semanas! Según el diario Primera Hora:
El Municipio de San Juan cesará de distribuir alimentos y agua a los afectados por el huracán María el próximo 4 de enero, informó hoy la alcaldesa Carmen Yulín Cruz Soto, en un comunicado de prensa.
El artículo cita a Cruz mientras detalla el número de individuos servidos, y sus expresiones de que fue un honor servir al pueblo con la dignidad que se merece. Bien podría decirse que el suspender esas entregas (de las cuales el 60% provino del sector privado que tanto Yulín demoniza) en sí constituye una "violación a los derechos humanos" de sus constituyentes en San Juan. Pero me voy a sentar a esperar a que la prensa (local o nacional) tome nota de estas inconsistencias. Aparentemente, un poco de antitrumpismo cubre multitud de pecados.
La misma prensa nacional que le dio tanta pauta a Yulín en las postrimerías inmediatas del paso devastador del huracán María sobre Puerto Rico, de igual manera se ha hecho de la vista larga (o en buen puertorriqueño, pichó) ante el desfile de escándalos subsiguientes, desde el silencio de Yulín ante alegatos de agresión sexual de parte de uno de sus principales asesores, su enmudecimiento ante acusaciones de que el comisionado de Seguridad Pública de la Policía Municipal de San Juan agredió a una oficial de la Policía de Puerto Rico en el cumplimiento de su deber, y la radicación de múltiples demandas por violaciones de derechos civiles en el tribunal federal (véase aquí y aquí).
Nótese que cada uno de estos escándalos se hizo público después del huracán, y que las demandas por violaciones de derechos civiles se radicaron a pocos días de que el King Center la honrase con el Premio de Reconocimiento Especial al Liderazgo Humanitario.
Esto fue lo que observamos cuando la prensa comenzó a coronar a Yulín como su nueva querendona:
La prensa nacional falló en el escrutinio de la campeona que eligió. Y es así que el rostro de la ‘resistencia’ anti-Trump en Puerto Rico ahora resulta ser una separatista de la izquierda radical, y una apologista y defensora del terrorismo quien es rotundamente rechazada por amplios sectores del pueblo puertorriqueño.
Pasados cuatro meses y una racha de escándalos nuevos, vemos que nada ha cambiado.