La congresista Alexandria Ocasio-Cortez (D-NY), volvió a acaparar titulares tras el segundo residenciamiento del presidente Donald Trump, haciendo lo que pretende prohibirles a los demás: expresando su opinión libremente en los medios de comunicación.
En una noticia que las cadenas en español pasaron por alto, (Univisión prefirió enfocarse "el encuentro cercano que AOC experimentó con la turba durante el asalto al Capitolio), la polémica congresista de extrema izquierda dejó saber que respalda la creación de un comité de censura mediática en el Congreso.
Vea con la tranquilidad que Ocasio-Cortez sugiere cancelar las voces conservadora en Estados Unidos, en este corte transmitido por FOX and Friends el miércoles, 13 de enero de 2020:
CONGRESISTA ALEXANDRIA OCASIO-CORTEZ (D-NY): Definitivamente hay una comisión que se está discutiendo... varios de los miembros del Congreso, en algunas de mis conversaciones, han abordado el tema de la alfabetización mediática, porque eso es parte de lo que ocurrió aquí. Vamos a tener que ver cómo hacemos para controlar nuestro ambiente mediático para que no puedas simplemente lanzar información falsa o errónea.
Así como vemos: la supuesta “progresista” que alardea de tener los intereses de sus constituyentes como prioridad, aboga por callar a quien no comparta su ideología y silenciar su voz en los medios; o sea, en sus propias palabras “controlar nuestro ambiente mediático para que no puedas simplemente lanzar información falsa o errónea.” ¿Y quién determina la veracidad de la información? ¿Quién decide lo que es cierto o falso? ¿El público, o alguien designado por AOC? Bajo el rubro de eliminar la desinformación, AOC pretende imponer controles a la libertad de expresión.
Uno se imagina el efecto de estos controles contra la ola de reportajes que desató su propuesto y problemático "Nuevo Trato Verde", o sobre las denuncias contra el "socialismo democrático" que pretende imponer AOC.
Mientras los medios progres de la nación ahora aplauden tales sugerencias de censura y control de contenido, queda por ver cómo reaccionarían si en vez, como decimos en buen castellano, se les vira la tortilla y les silencian a ellos. Toca observar si los medios hispanos en Estados Unidos denuncian este atque contra la libertad de expresión, o si se muerden la lengua para no perjudicar a alguien cuya futura elección a la presidencia sería, según Jorge Ramos, un “paso gigante”.