Como prueba adicional de que los medios principales de la prensa hispana no son sino una burbuja dentro de la burbuja mediática de Washington, el diario The Washington Post se ha dado a la tarea de volverle a dedicar tinta a la promoción de la muy sonada campaña de inscripción electoral de Univisión.
De por sí, el artículo no es gran cosa- es una combinación de resumen y recalentado cuyo propósito es de recordarle a la gente de que esta iniciativa existe (de hecho, nuestro propio Ken Oliver-Méndez cuestionó el esfuerzo desde sus principios). Aquí no hay nada nuevo bajo el sol. Las iniciativas electorales de Univisión son tan realidad cuatrenial como las quejas de "descubrimiento" de Jorge Ramos.
El secreto a voces es que Univisión tiene una agenda política clara y concreta, y que su estilo único de periodismo con agenda lo lideran sus presentadores estrella- Jorge Ramos y María Elena Salinas. El Post tampoco disimula que serán los demócratas quienes se beneficien de esta iniciativa:
De ser exitosos, la empresa mediática podría alterar el elecorado significativamente de manera que podría beneficiar a la presunta nominada por el Partido Demócrata Hillary Clinton. Trump ha insultado a muchos latinos con sus promesas de construír un muro entre los Estados Unidos y México y de deportar a los más de 11 millones de indocumentados que viven en este país.
En el 2012, la mayoría de los latinos, el 71 por ciento, apoyaron a Barack Obama. Según el Pew Research, una cifra récord de 27.3 millones de latinos tendrán eligibilidad para votar en las elecciones presidenciales del 2016.
De interés particular es el candor del Post al informar el hecho aparente de que la iniciativa de Univisión, a estas alturas, no parece haber cumplido con sus expectativas...y con ello, la lección de análisis de narrativa que hay que aprovechar.
Los titulares en la prensa nacional ha hecho alarde de ese número 100,000- con la intención de inflamar, excitar, y en el caso de los enemigos de Univisión, intimidar. Pero una lectura más a fondo muestra que este número mítico de 100,000 es similar a la línes de creados o salvados" que nos daba el gobierno cuando era hora de anunciar las cifras de creación de empleo.
No fueron inscritas a votar cien mil personas, sino que ése es el nómero de personas que fueron atraídas a estas iniciativas. Al lector le toca especular sobre el porcentaje de personas que llevaron el proceso hasta su final, o sea la inscripción electoral. Aún así, la meta es de tres millones de votantes nuevos y estamos casi a la mitad de este proceso. ¿Con cuál métrica se determinaría el éxito de esta iniciativa? El Post no parece no tener mucho interés en hacer esa matemática, y espera hasta el penúltimo párrafo para poner su titular en evidencia:
Se desconoce la cantidad de votantes nuevos inscritos como resultado directo de las actividades de Univisión.
La verdadera revelación del artículo no la fracasada iniciativa de inscripción electoral, sino el hecho de que Univisión tiene un equipo de cabildeo en Washington:
Durante el pasado año, el grupo interno de cabildeo en (Washington,) D.C. creció de dos personas a cinco.
En el 2015, (Jessica) Herrera-Flanigan, quien era socia principal en el bufete de cabildeo Monument Policy Group, se convirtió en la primera vicepresidenta ejecutiva de asuntos gubernamentales y corporativos (en la historia de) Univisión, a cargo del cabildeo ante el Congreso, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), y otras agencias. Esta semana, se añadió al grupo una nueva vicepresidenta de política pública -también por vez primera en la historia de la empresa- Victoria Luxardo Jeffries, una abogada que representó a Netflix, Google, y a otras empresas tecnológicas ante la Comisión Federal de Comercio y el Departamento de Justicia.
¿Recuerdan el video en el cual Jorge Ramos describe lo que necesitan los medios de habla hispana para sobrevivir? Ahora vemos el encaje de toda la dinámica. Univisión, a través de su división de noticias, aboga por sus políticas preferidas y realiza campañas de inscripción de votantes, quienes entonces votarán por los políticos predilectos, quienes a su vez serán cabildeados por la cadena. Es esto, y no la iniciativa de inscripción de votantes de Univisión, lo que es la verdadera noticia de un recalentado risible del Washington Post que a su vez se repitió en la burbuja mediática de Washington y Nueva York. Ahora les va el último chiste:
Univisión dice que su iniciativa de inscripción de votantes es bipartidista- la empresa no apoya a ningún candidato.