Jorge Ramos acusa a Cruz y Rubio de traición a la raza

January 6th, 2016 5:08 PM

En su más reciente columna de opinión impresa en Univisión, el presentador de noticias Jorge Ramos enumera lo que espera de los políticos de origen hispano. Habiendo dejado a un lado toda pretensión periodística, Ramos acusa a quienes no se ajustan a su línea migratoria de ser traidores a sus raíces étnicas.

El lenguaje contenido en esta columna repugnante, inflamatoria, y racista no dista mucho del que utilizó la activista Dolores Huerta al tildar a Cruz y Rubio de malinches (dijo "sellouts" en inglés) en un evento previo al más reciente debate presidencial republicano en Las Vegas. No obstante, el sentimiento subyacente es el mismo: que la única prueba de autenticidad para políticos de origen hispano debe ser el grado al cual ejercen lealtad a La Raza y a la causa de amnistías migratorias sin fin.

Ramos dedica gran parte de esta diatriba emocional a las supuestas obligaciones de Cruz y Rubio hacía los indocumentados (incluyendo su cantaleta continua por la usanza del término "ilegales" en inglés), pero muy poco respecto a la obligación del inmigrante a asimilarse. En la perspectiva torcida de Ramos, los hijos de los inmigrantes tienen una obligación perpetua para con los posibles sucesores de sus padres, sin mediar preocupaciones sobre la seguridad nacional o los mercados laborales. Y los hijos de inmigrantes dan prioridad a estas cosas sobre las otras, entonces son "traidores".

Ramos no puede establecer en qué momento las obligaciones con los inmigrantes dan paso a las obligaciones para con nuestro país. En su torcida perspectiva moral:

...no hay nada más triste y traicionero que querer cerrarle las puertas a los inmigrantes que vienen detrás de nosotros. 

Por supuesto que las aseveraciones de Ramos son tan ridículas como lo fueron las de Huerta. Nadie tiene el "standing" para adjudicar sobre la hispanidad de otra persona, y no existe obligación alguna para con grupos subsecuentes de inmigrantes futuros.

El hecho es que muchos de nosotros tenemos padres que nacieron en algún otro lado, pero nuestras raíces están firmemente plantadas aquí. Nuestro deber es el de proteger su sacrificio mediante la defensa del Estado de Derecho para que este país- el que nosotros y nuestros padres y hasta Ramos llaman su hogar- no se convierta en lo que fuese que nuestros padres dejaron atrás. No deja de asombrar que este concepto se le escapa a un individuo que tiene el lujo de reportar libremente sobre por ejemplo, los 43 de Ayotzinapa- desde la comodidad de su liceo mediático en el Sur de la Florida.

No le debemos lealtad alguna al artificio Latino etnopolítico del cual dependen organizaciones radicales como Casa o La Raza, medios de habla hispana como Univisión o ImpreMedia, organizaciones políticopastorales como NHCLC y NaLEC ni a las políticas de izquierda que todas proponen. No puede haber traición de algo con lo cual no tenemos obligación.

Si Ramos se estaba tratando de sacar algo del pecho, era mejor que tosiera. Ahora queda clara una cosa: que aquí yacen los últimos vestigios de la credibilidad periodística de Jorge Ramos. En cierta ocasión, una persona activa y respetada dentro del movimiento conservador me cuestionó la razón por la cual fiscalizo a Ramos con tal dureza. Pues aquí tienen la razón. Todavía no me representa.