BOZELL: La verdadera historia de Black Lives Matter — radicales marxistas, antifamilia

July 2nd, 2020 9:04 PM

CHICAGO, ILLINOIS - 14 DE JUNIO: Un manifestante sostiene un cartel durante una marcha en apoyo a Black Lives Matter y Black Trans Lives en Boystown el 14 de junio de 2020 en Chicago, Illinois. Las protestas estallaron en todo el país después de que George Floyd muriera bajo custodia policial en Minneapolis, Minnesota, el 25 de mayo.

Las vidas negras importan.

Ese grito de protesta ahora tiene el respaldo de millones de personas, no sólo en los Estados Unidos, sino en todo el mundo. "Civiqs encuentra que la mayoría de los votantes estadounidenses apoyan el movimiento por un margen de 28 puntos", según The New York Times.

Me atrevo a decir que el 99 por ciento de los que apoyan a este grupo no tienen ni idea de lo que representa. A ustedes, los comerciantes que colocan pancartas en sus tiendas, maestros que programan a sus estudiantes para unirse en solidaridad, hombres y mujeres del clero que predican sobre la moralidad, líderes cívicos que instan a la acción comunitaria y los líderes políticos que exigen remedios legislativos – los peores ignorantes se les quedan pequeños.

“Black Lives Matter” se fundó por extremistas radicales que están perfectamente satisfechos con los motines, saqueos, vandalismo y violencia que han plagado nuestras ciudades durante las últimas semanas.

Eso es lo que hacen los revolucionarios violentos. ¿Exagero?

Dos de las tres fundadoras se describen a sí mismas como "marxistas entrenadas". La cofundadora Patrisse Cullors le dijo a la revista Cosmopolitan que Assata Shakur es una de las líderes que la inspiró. El verdadero nombre de Shakur es Joanne Chesimard y es buscada por el FBI como una "terrorista doméstica" por asesinar a un oficial policíaco, fugarse de la prisión y esconderse en Cuba durante décadas.

Entre los miembros de la junta directiva del grupo de izquierda Thousand Currents, que maneja las donaciones a Black Lives Matter, se encuentra una terrorista convicta. El presidente Bill Clinton la indultó.

Viven sus creencias.

Lo siento, tontos mimados, privilegiados, sin nombre, sin rostro y cobardes. BLM apoya la destrucción de Estados Unidos; ustedes la han respaldado y ellos mismos se ríen de ustedes. El presidente de Greater New York Black Lives Matter, Hawk Newsome, advirtió que "si este país no nos da lo que queremos, entonces quemaremos este sistema y lo reemplazamos". Afirmó que era "una cuestión de interpretación" si estaba hablando "figurativamente" o "literalmente".

Es una amenaza descarada. Nadie en BLM lo denunció.

Alrededor de los Estados Unidos, los amotinados de Black Lives Matter han atacado estatuas e intentado destruir monumentos que proyectan racismo. Pero también atacan a aquellos que lucharon contra la esclavitud. La turba intenta destruir el icónico Monumento a Lincoln. Quiere una estatua en honor a Ulises S. Grant. Hay más. Quiere echar abajo el monumento al 54o regimiento de Massachusetts, la unidad afroamericana destacada en la película "Glory". Su nuevo objetivo es el Memorial de la Emancipación, una estatua en D.C. que representa a un esclavo liberado frente al presidente Abraham Lincoln. La estatua se develó en 1876 para conmemorar la Proclamación de la Emancipación y la financiaron esclavos liberados.

Esas vidas negras no le importan a Black Lives Matter.

También están tratando de destruir un monumento conmemorativo de la Segunda Guerra Mundial. De alguna manera, la lucha victoriosa de nuestra nación para derrotar al nazismo es un ejercicio de racismo.

Presten atención todos los líderes cristianos arrodillados en oración. Mientras sermonean sobre la necesidad de mostrar apoyo para el movimiento, los líderes de BLM sermonean la destrucción del suyo. El activista de BLM Shaun King quiere que se erradiquen los símbolos de su religión. "Sí, creo que las estatuas del europeo blanco que dicen es que Jesús también se deben tumbar", tuiteó. "Son una forma de supremacía blanca. Siempre lo han sido."

BLM no lo ha denunciado. Y ustedes lo están asintiendo.

Amazon, Netflix, GoFundMe, Chick-fil-A —todas esas corporaciones que envían millones y se desviven por encontrar su lugar entre la multitud— ¿alguno de ustedes sabe leer? Ustedes deben cargar con la responsabilidad legal de toda la destrucción que trajo su dinero.

Black Lives Matter no oculta sus posiciones radicales. Las enumeran directamente en su sitio web. Quiénes son y lo que creen, está justo ahí, a simple vista. ¿Comparten sus creencias?

Ya que están respaldando BLM, les reto a instar a sus accionistas y clientes a leer el contenido de ese sitio web.

“Dos de las tres fundadoras de Black Lives Matter se identifican como homosexuales”, según ABC News. Las postura de BLM lo reflejan al afirmar que "fomentan una red que reconozca el homosexualismo" y que se oponen "al control inflexible del pensamiento heteronormativo". La organización promete "hacer el trabajo necesario para desmantelar el privilegio del cisgénero". Todo eso es código izquierdista para una agenda en contra de la familia.

Pero la organización se vuelve más específica: "Descomponemos el requisito de estructura de la familia nuclear prescrita por Occidente". Quieren "familias y 'pueblos'", para criar a sus hijos. Se necesita un pueblo, no padres.

El sitio web del grupo proclama con orgullo: "Esta es la revolución". Y eso es precisamente lo que es: una revolución cultural. Estos son marxistas siguiendo el libro de jugadas maoísta en China durante los años 60 y principios de los 70. Los revolucionarios maoístas destrozaron templos, derribaron estatuas y destruyeron artefactos. Marcharon a la oposición a campos de reeducación.

El Diario del Tíbet detalló el relato de un lama que vio el marxismo de cerca. El relato describió cómo los marxistas chinos "asumieron una posición de monopolización de la verdad y cómo ésta se busca".

Es aterradoramente parecido a lo que estamos viviendo ahora.

Black Lives Matter no quiere destruir los supuestos símbolos del racismo. Sino a Estados Unidos.

L. Brent Bozell es el fundador y presidente del Media Research Center.