La primaria presidencial sigue su transcurso, al igual que la campaña mediática de descalificación étnica contra los senadores Ted Cruz y Marco rubio. Como ya es de costumbre, hay un nexo con la cadena Univisión.
El artículo mentado no fue escrito, como supondrán, por el demagogo racial más notorio de la telecadena- Jorge Ramos. "Governor Bush, Hable De Su Historia Mexicana" fue escrito por el autor, periodista, y presentador de noticias de KMEX-34 (la filial de Univisión en Los Angeles, California) León Krauze. El artículo merece nuestra mayor atención y escrutinio, pese a que haya sobrevivido a su protagonista principal.
"Hable" es el más reciente en una serie de artículos y comparecencias mediáticas que buscan crear y solidificar la supuesta insuficiencia hispana de Cruz y Rubio, que por tanto son incapaces de atender debidamente las necesidades y aspiraciones de la comunidad hispana en los Estados Unidos, lo cual- por tanto- los descalifica de la presidencia de la República. En el pasado, estas descalificaciones tenían un enfoque limitado a las políticas públicas conservadoras en general, y la ley migratoria específicamente. Pero a eso se añade ahora el origen étnico.
El artículo de Krause se asemeja más, en sustancia, al propagandismo pro-Bush grotesco de Rosario Marín que a las denuncias de traición de Jorge Ramos. Existen elementos en común entre estos artículos y otros de reciente publicación, como por ejemplo: la denuncia de los candidatos hispanos por haber creado bases de apoyo fuera de la comunidad hispana (a diferencia de, por ejemplo, el Congresista Luis Gutiérrez, cuyo distrito se compone casi literalmente del barrio puertorriqueño, el barrio mexicano, y el tramo de I-275 que los une), así como la mención obligada de la confesión del Senador Cruz de que su dominio del español está pésimo.
Y es que ahora existe esta nueva vertiente mediática de supremacismo mexicano que exige algún nexo actual con México, ya sean lazos de sangre o de familia.
El supremacismo mexicano de Krause, contrario a las descalificaciones crudas de Marín, es de hermosa construcción, con gran floridez y elegancia, enmarcado en data de sondeos y de cuasi-preocupación demográfica:
Las experiencias de Rubio y de Cruz como inmigrantes latinos seguramente seránde ayuda con respecto al voto hispano. Pero la comunidad hispana no es monolítica, y las experiencias de los senadores como cubamoamericanos, al menos según análisis de sondeos profundos en sus estados respectivos, claramente parecen tener mucha mayor resonancia con hispanos de descendencia cubamoamericana y puertorriqueña que con, digamos, mexicoamericanos, quienes representan más de la motad del voto hispano en las elecciones generales. La comunidad cubanoamericana, cuyas similitudes a la comunidad mexicoamericana no parecen extenderse más allá del idioma español, componen tan sólo el siete porciento del electorado hispano. Dado esto, ¿podrá haber una mejor opción y con una biografía de mayor atractivo electoral? De hecho, podría haberlo- Jeb Bush.
La oración aquí enfatizada es completamente fascinante porque Krause niega y afirma, de manera simultánea, la noción del monolito hispano al sugerir que los candidatos cubamoamericanos son incapaces de atender las exigencias de la mayoría mexicoamericana. Krause acusa a Cruz y Rubio de tener mayor afindad natural con las comunidades cubanoamericanas y puertorriqueñas (aparentemente sin saber que este segmento particular de la población se concentra mayormente en el estado de la Florida- el estado decisivo de mayor impacto electoral en las elecciones del 2016), y postula que es Jeb Bush quien posee la combinación correcta de etnia y política pública. Una vez más, esto es un eco (un eco hermoso, pero sigue siendo un eco) de los puntos de Marín.
Lamentablemente para Krauze, el misterio se queda sin resolver ya que el Gobernador Bush suspendió su campaña tras una pobre clasificación en la primaria de Carolina del Sur. En cuanto a nosotros, recibimos un gustito de lo que está por venir, y del coro de hosanas que aguardan a Julián Castro de llegar (montado sobre un pollino figurativo y político) a la fórmula demócrata.